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domingo, 2 de agosto de 2020

Carlos Jiménez, el Gran Capitán



Carlos Jiménez: “Por resultados, España debería ser cabeza de ...

Hace bien poco, su nombre tituló secciones de deportes y su rostro cerró telediarios. Esta vez no se trataba de un campeonato, de colgarse otra medalla. No. Desde la normalidad, sin estridencias, “sólo” anunciaba que se hacía a un lado, abandonaba su vinculación con el deporte. Dejaba de ser director deportivo de Unicaja Málaga para dedicarse al cuidado de sus hijos. Lo explicaba sin darse importancia, pensando en plural (nada diferente a lo que en su trayectoria nos acostumbró): “Somos una familia. Mi mujer lleva 20 años sacrificándose, dedicada a mi y a mis hijos. Ya la toca. Es hora de que ella se desarrolle profesionalmente y aproveche su oportunidad”.

No lo dice un cualquiera. Detrás asoma un campeón mundial, un subcampeón olímpico y europeo. No es poca cosa, pero él no le concede significación especial al hecho, lo ve de manera natural. Siempre huyó de protagonismos y orilló egos en su carrera y en su vida diaria. Su apariencia confirma el talante de buen chico y niega el del tenaz competidor que se convirtió, sin buscarlo, en el capitán de la mejor selección española que vieron los tiempos. “No era de hablar mucho. No le hacía falta. Pero cuando tomaba la palabra, todo el mundo lo escuchaba” (Pepu Hernández).

Hoy toca historia grande, incluso a su pesar. La del Gran Capitán (como Gonzalo Fernández de Córdoba), la de un tipo extraordinario de apellidos comunes: Carlos Jiménez Sánchez.