A unos días del
inicio de la Copa, aquí andamos cautelosos palpándonos las carnes entre
vocablos pandémicos… mascarillas, test, certificados, brotes, que esperemos
dejen paso a las canastas, asistencias o mates. Nada puede hacernos más feliz a
los buenos aficionados al baloncesto que el retorno con público de su
competición más luminosa y celebrada.
La Reconquista
de los fieles no podía hallar mejor marco que la bella Granada. La mora y la
cristiana, la paya y la gitana. La del Albaicín, el Sacromonte, los Palacios
Nazaríes y la Alhambra. La ciudad sin estaciones, da igual cuando la visites,
siempre luce espléndida. Allá que vamos.
Y el calendario,
como el algodón, no engaña. Al festejo acuden a mitad de curso los estudiantes
más aplicados. Algunos de mejores dotes (Baskonia, Unicaja y Gran Canaria)
desperdiciaron sus talentos y se quedaron fuera. Se agradece ver por estas
lides proyectos ilusionantes (Breogán, Manresa y Murcia) que a estas alturas
han desarrollado los baloncestos más vistosos. No es casualidad que estén entre
los más granados en puntos y recuperaciones. Sean bienvenidos lucenses,
manresanos y murcianos, que no murciélagos, como llegó a equivocar un novillero
al dedicar el brindis de su faena en el coso pimentonero.
Resulta
gratificante en estos tiempos el mensaje identificativo de Sito Alonso hacia su
club y su ciudad. Habla con pasión de la alegría de la gente, de la implicación
del patrocinador, de las becas a los jóvenes deportistas, de su compromiso con la cantera y alaba a sus guerreros, vilipendiados en los entornos más puristas.
Frente a los críticos, defiende a capa y espada un baloncesto físico y dinámico
para competir entre los grandes. Enarbola el talento de sus pequeños y la gallardía
de sus gigantes.
Para los amantes
de las series ya escribí hace unos días el parecido de Pedro Martínez y el
célebre Mac Gyver. Ambos, de un chicle, un reloj parado y cuatro cables pelados
te hacen una bomba de mano y sacan a los suyos del entuerto. Y lo hacen a
diario con nocturnidad o a plena luz del día y alevosía. Igual no le llevarías de
monologuista al Club de la Comedia, pero denle unos días y el señor Martínez te
hace un equipo reconocible que te entra por los ojos. Su ciencia no es
discutible y el ritmo de su juego tampoco. La mayoría de los jugadores mejoran
a su vera. Algunos… Moneke, Francisco, Bako, Thomasson o Sima, le deberán parte
de sus próximas nóminas. Me alegra especialmente lo de Dani Pérez, magnífico en
categorías inferiores para terminar de cocerse a fuego muy lento y convertirse
en un sublime director de orquesta.
En Lugo no se
salieron del carril ni con la sorprendente salida de Paco Olmos. Desde el
minuto uno de la temporada la romería hacia el Pazo tenía buen color. Los
Quintela ejercían de caudillos locales y acoplaron a los nuevos en la singular
cofradía. Adoptaron para la causa a un tal Dznan Musa (al que equivocada y
tempranamente habían comparado con Luka Doncic), le dieron a probar el pulpo, y
el rapaz como por encantamiento de una meiga devino en una estrella de la liga.
El triunfo ante Baskonia certificó su clasificación copera. No se me ocurre
mejor homenaje para su ancestral entrenador, el gran Ricardo Hevia, recientemente
fallecido.
Tenerife igual
está más tapado que en ocasiones precedentes. Hizo pupa la lesión de Shermadini
(un pivot a la antigua que no pasa de moda), pero el grupo tiene mimbres para
liarla. Pasan los años y Marce (magníficamente auxiliado por Fitipaldo) no se
apea de la élite de bases de la ACB. En sus cabezas, en los cantos de las
muñecas de aleros (bajos y altos) y en el acierto interior del particular
georgiano, estará el camino de los chicharreros en la competición. Nadie mueve
el balón como ellos. Veremos si el divertimento se transforma en premio.
¡Qué pintón
tiene la Penya este año! Con el respaldo económico de Grifols ha vuelto por sus
fueros y no hay que descartarla para algo grande. El manantial badalonés no se
seca nunca y no paran de emerger jóvenes repletos de virtudes, a los que se les
han unido hijos pródigos más curtidos que dotan a la plaza de su especial
identidad. Tomic es un faro interior de otra época, a gusto entre la
chavalería, puede todavía hacer mucho daño por momentos. Bien llevados por otro
de la casa, Carles Durán, no sé hasta dónde les dará, pero tengan por seguro
que nos lo harán pasar bien.
Valencia llega a
la Copa con la enfermería vacía y ya no es poca cosa. En plausible decisión, la
directiva decidió no acudir al mercado cuando había más tocados que sanos y la
cantera dio un paso adelante. El entrenador le echó valor y los mozos
respondieron. En el Palau la muchachada se licenció y en el Wizink, con la
tropa casi al completo, dieron un golpe de mano. En la temporada me ha admirado
el temple de Peñarroya en la gestión del grupo y la dirección de equipo. El
fruto parece maduro y los ches al completo son un equipazo. Ojito con ellos.
Entre tanto
partido el Madrid se muestra tambaleante. El plantillón salta a la vista, pero Laso
anda “jodido y preocupado por haber perdido la continuidad en el juego”. Los
roles no parecen del todo definidos, los bases (irregulares) no han hecho
carburar la máquina, adolecen de un tirador puro, los treses llegan tocados y
los cuatros que dan descanso al sorprendente Yabu todavía cortos de
preparación. No es buena señal que los blancos tengan que peregrinar a sus
milagreros históricos Rudy y Llull para sacar los partidos. Pero cuidado con obviar
a los blancos porque pocos tienen su gen competitivo en el continente y un león
herido es muy peligroso.
El Barsa se
anuncia como el gran favorito. El actual campeón de Liga y Copa saca a sus
rivales físicamente del campo. El meneo europeo administrado en el Palacio fue
de aúpa. Sorprende Jasikevicius que, de jugador defendía con la mirada, haya
armado una escuadra de hormigón, más sin postes intimidadores (pues apenas
taponan). Dinamismo e intensidad atrás y excelente lectura y adecuada ejecución
de los sistemas en ataque. Es listo y convincente el báltico que incorpora trampas
tácticas a los partidos. Veremos si no echan de menos al estelar Higgings, aunque Lapro y Kuric están de dulce. Mirotic se encuentra en el mejor momento
de su carrera, incansable a la hora de producir. Saras perseguirá vociferante a los suyos para
evitar lapsus de concentración como el que en la pasada edición casi le cuesta
el encuentro frente a Unicaja. Ahora mismo son los claros candidatos, pero van
por el lado más áspero del cuadro y nadie excluye un asalto al poder taronja o
una resurrección blanca, por ejemplo. que cosas más raras se han visto.
En cualquier
caso, lo disfrutaremos y que gane el mejor.
¡Cómo me gustaría que el Breogán diera la campanada! Pero disfrutaremos la Copa
ResponderEliminarVeremos porque el Madrid no está bien y Breogán no tiene nada que perder
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