Se viene a pensar que los Globetrotters vienen de Estados
Unidos, son altos y negros. Nada, no se lo crean, no es cierto. Se mueven en
guagua. Son blancos, delgados, hablan de usted, brotaron en las Islas
Afortunadas y son dos, uno canarión y otro chicharrero. Uno es del “Cuéntame”, vivió la época Yeyé y la Movida,
el otro deslumbra en el siglo XXI, en la era de las redes sociales. Simpáticos,
extrovertidos, de sonrisa permanente. Jugones,
la delicia de la grada, la taquicardia de los entrenadores. Equilibristas en el alambre.
Prestidigitadores de ensueño. Magos de alta escuela. Capaces de no dar una a
derechas y despertar un signo de admiración con un pase que vale la entrada.
Son dos genios. Esta es la historia de Carmelo Cabrera y Sergio “el Chacho”
Rodríguez.
Si se quiere esta película tiene dos versiones, la original,
Chicago años 20, interpretada por un grupo de negros que en sus inicios
amenizaban los descansos de una conocida sala de baile, y la doblada al
castellano por dos actores de primerísima línea, dos magos de la escena, que ha
llegado hasta la actualidad.
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