Mostrando entradas con la etiqueta MACCABI TEL AVIV. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta MACCABI TEL AVIV. Mostrar todas las entradas

sábado, 29 de octubre de 2016

Saras Jasikevicius, fuego báltico




Ganó 9 Ligas en 5 países diferentes, 4 Copas de Europa en 3 clubs distintos (caso único), un oro continental y un bronce olímpico con su selección, dos años en la NBA… y el dato definitivo: se casó con Miss Universo. Con algunos, a Dios se le fue la mano con el barro… ¿A quién no le gustaría reencarnarse en Sarunas Jasikevicus?

En Europa es un mito, una figura; en USA un simple mortal, un figurante. Aquí le veneramos con sus defectos, allí se los echaron en cara, le estigmatizaron y redujeron al papel de un mero tirador, como tantos otros. Pesadilla de aficionados y defensas rivales. Azote para los árbitros. Estandarte allá donde paró. Nunca dejaba frío. Fuego báltico en un país helador. Si Lituania siempre tuvo un rey (Arvidas Sabonis, el mayor talento que ha parido la Vieja Europa), dos príncipes le flanquearon Sarunas Marciulionis (que triunfó de pleno en la NBA) y Sarunas Jasikevicius (que acotó su dominio al Continente). En éste nos pararemos. 

viernes, 6 de diciembre de 2013

Maccabi, basket en La Tierra Prometida


Asociar Oriente Medio con deporte se antoja complicado. La zona en permanente e histórico conflicto deja titulares luctuosos en la sección Internacional de los periódicos, pero rara vez las noticias son amables y se asoman a Deportes. Tras la Primera Guerra Mundial, la Sociedad de Naciones avaló el Mandato Británico de Palestina con el propósito de “crear un hogar nacional para el pueblo judío”. Dos años después de concluir la Segunda Gran Guerra, las Naciones Unidas aprobaron la partición de Palestina en dos estados de similar extensión, uno judío y el otro árabe. La proclamación de independencia el 14 de mayo de 1948 por parte del Estado de Israel conllevó la inmediata declaración de guerra de sus vecinos árabes y dio paso a una mitad de siglo plagada de enfrentamientos bélicos (la Guerra del Sinaí de 1956, la de los Seis Días en el 67, la del Yom Kipur en el 73 o la del Líbano en el 82) de la que la zona no se ha repuesto del todo. A veces parece que Dios se hubiera olvidado de la parte del mundo donde más se le nombra.

Hoy, en lugar de bucear en aguas del Mar Rojo, curiosearé en el equipo de baloncesto más reconocido de Israel. Su marca más identificable, seguida y exitosa. Todo un clásico que, en palabras de su histórico presidente, Shimon Mizrahi, “ha sido el mejor embajador del país”.